9 cosas que debe hacer todo amante del vino.

Hay ciertos pasos que toda persona amante de los vinos debe realizar. Cómo convertirse en un sommelier aficionado y a la vez disfrutarlo. Los Apóstoles, al parecer, vamos bien encaminados.

Para poder, primero hay que querer y luego intentarlo. Hay miles de cosas para hacer alrededor del mundo y con el vino como protagonista. Seguramente, algunas más extravagantes que otras y muchas son inalcanzables para la mayoría. Pero por suerte Chile es un país productor de los más importantes, y eso permite poder realizar acá nomás, muchas experiencias que todo amante del vino debería vivir al menos una vez.

Visitar una bodega
Si bien obliga a movilizarse, hay muchas zonas vitivinícolas en nuestro país, y la mayoría muy bien organizadas para el turismo. El Valle de Colchagua lidera no sólo por diversidad de paisajes, sino por cantidad de bodegas. Pero Casablanca, Curicó, Itata, Maipo Alto, San Antonio y hasta Elqui, tienen bodegas para visitar.

Allí, el enófilo podrá aprender los secretos de la vid, su cosecha, la elaboración y crianza del vino, y como un grupo de personas trabaja todos los días para embotellar placer. También a degustarlo, en un marco imponente. Vivir esa experiencia en la cuna del vino fortalece la pasión por la noble bebida.

Asistir a una feria de vino
Cada vez son más las exposiciones donde las bodegas descorchan sus vinos para que los participantes puedan conocer de cerca sus secretos. Hay de la industria, y muchas tematizadas en muchas ciudades del país. En casi todas se puede encontrar a hacedores (enólogos y agrónomos). Y degustar sus vinos junto a estos personajes, es una experiencia verdaderamente enriquecedora; para ambos. Porque así como el consumidor se deja llevar por las palabras del padre del vino, el enólogo puede ver in situ el placer que causa su vino, y también recolectar críticas que le serán de suma utilidad para la cosecha venidera.

Hacer un curso de degustación
Actualmente existen muchas escuelas de sommellers y gastronomía que dictan cursos básicos de degustación de vinos, destinados a las personas que sólo buscan aumentar el placer en sus copas. Es una guía fundamental para todos aquellos que decidan lanzarse con pasión al fascinante mundo del vino, ya que saber el abc, cómo y dónde se elabora, quiénes son los hacedores, cuáles son los tipos de vino, las características de cada cepaje y los secretos del maridaje, entre otras cosas, ayuda a ganar confianza.

Tomar un vino caro
Es cierto que depende del bolsillo de cada uno, y acá no se trata de juzgar si el vino en cuestión vale o cuesta eso. Sino más bien darse el lujo de tomar un vino realmente de alto precio. Como no hace falta beberse toda la botella para conocer un vino y grabarlo en la memoria, se puede recurrir a una reunión con amigos en la que cada uno aporte parte de la inversión. Siempre será mejor comprarlo en la vinoteca, ya que en el restaurante los vinos adquieren un precio mayor. Y si no hay quórum entre los amigos, habrá que buscar un familiar o un conocido con cava propia, y convencerlo que los deje descorchar alguna botella. Esa será la gran oportunidad para agarrar la más cara, y descorcharla rápido antes que el anfitrión se arrepienta.

Regalar un gran vino con dedicatoria
Sin duda, lo especial de este regalo dependerá de las intenciones de cada uno. Ya que sin saber de vinos, pero con verdaderas ganas de impresionar a alguien, se puede con una botella lograr el mejor de los regalos. Primero, teniendo en cuenta la personalidad y los gustos del agasajado, se elegirá un vino. Esa etiqueta debe representar también al autor del presente. Sobre todo, deberá ser un vino para ser descorchado en breve o en varios años. Y más allá del pack (caja de madera, cofre personalizado, etc.) es la dedicatoria la que contará.

Breve y directo deberá ser el mensaje, porque debe entrar en los espacios blancos de la etiqueta. Con letra clara, firma (y aclaración) y; muy importante; la fecha. Esta leyenda será leída infinidad de veces antes que el vino pase a la copa. Y seguramente justificará quedarse con la botella vacía como recuerdo.

Participar de una degustación vertical
No todos saben que se trata de degustar el mismo vino de diferentes cosechas. En general se parte del más nuevo al más antiguo. La idea acá es simplemente entender la influencia del clima en cada añada. Sin embargo, en Chile son pocas las verdaderas verticales que se pueden realizar, ya que la mayoría de los grandes vinos modernos han tenido muchos cambios en los últimos años: de terruños de origen, de proporción de variedades, de vinificación, de crianzas o de asesoramientos. Pero hay algunos vinos nacionales que desde su creación, a mediados del siglo XX, se han mantenido fieles a sus principios. Y entonces sí, retroceder en el tiempo a través de las copas tiene mucho más sentido.

Guardar un vino por mucho tiempo
Se sabe que el tiempo no mejora los vinos, sino sólo a aquellos concebidos para una larga longevidad les aporta equilibrio y armonía. Por eso no hay que guardar cualquier botella, aunque haya sido un regalo. El vino para guardar durante mucho tiempo debe ser tan especial como la ocasión elegida para descorcharla en el futuro. Y llegado el momento, la emoción de haber logrado el objetivo va a ser más fuerte que el placer de beberse el vino. Porque puede estar bien y haber ganado atributos con la estiba; pero también puede haber sufrido el paso del tiempo. Lo importante es atesorar una botella para vivir un momento único, más allá del estado del vino.

Comprobar la evolución de un vino en el tiempo
El vino está hecho para beber no para guardar. Pero la tentación de ser espectador de la evolución de un vino preferido es muy grande; al menos para los amantes del vino. Por eso los que venden aconsejan de comprar vinos por caja de 6. Y para poder seguir de cerca el desarrollo de ese vino admirado, lo mejor será descorchar una botella por año, en la misma situación y con la misma compañía, de ser posible. También en la misma época del año. Así, la comparación de las notas de cata serán más consistentes. Porque saber el estado actual de ese vino preferido y de tal cosecha especial, es un valor agregado que todo enófilo puede compartir.

Visitar una ruta del vino del mundo
Hay lugares impresionantes, y el vino y la gastronomía regional los graba en el corazón para siempre. Napa Valley en California (Estados Unidos), la Toscana (Italia), Burdeos (Francia), el Douro (Portugal) y Jerez (España), son sólo algunos de los destinos más visitados del enoturismo internacional. Viajar allí, admirar sus paisajes, conocer a su gente, y disfrutar sus vinos y sus comidas, es una experiencia invalorable para todo amante del vino. Y lo mejor, es que al volver se logra comprender por qué el vino lejos de su cuna no sabe lo mismo. Y en ese momento darse cuento de lo muy afortunados que somos los argentinos de vivir en un país donde se produce tanto y tan buen vino, y que cuenta con muchas rutas del vino para visitar.

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Equipo Apóstoles

Un apóstol que disfruta las cosas buenas de la vida.

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