Los vinos chilenos consiguen 137 medallas en Bruselas, 45 de ellas de oro.
Los vinos chilenos consiguieron 137 medallas, de las cuales 45 fueron de oro (y dos de ellas grandes medallas de oro) en el XX Concurso Mundial de Bruselas que se celebró en los primeros días de mayo en la citada capital europea. Allí se dieron cita más de ocho mil clases de vino procedente de 58 países productores. Este certamen cumple veinte años y es el mayor concurso itinerante de catas de vinos del mundo.
[dropcap]L[/dropcap]as dos «Grandes Medallas de Oro» fueron otorgadas a Vitivinícola Cremaschi por el vino «Cremaschi Furlotti Carmenere» 2012; y a Viña Casas del Toqui por el vino «Leyenda del Toqui» 2009.
El objetivo del concurso mundial de Bruselas «es desarrollar la cultura y el conocimiento del vino para que ayude al consumidor en sus decisiones de compra», explicó la organización. A priori, el consumidor puede dudar cuando se enfrenta a vinos desconocidos -añadió- y el concurso le debe ayudar en su decisión y favorecer los descubrimientos.
Por más de cuatro horas el jurado catador, dividido en 70 grupos, evaluó ejemplares distribuidos en las categorías de vinos blancos tranquilos, tintos tranquilos, rosados tranquilos y espumosos procedentes de Chile, España, Francia, Hungría, Brasil, Colombia, Italia y Suiza, entre otros países participantes.
En esta edición fue Francia el país con mayor número de muestras presentadas, con 2.428. Le siguen España, con 1615 etiquetas participantes; Italia, con 1163; Portugal, con 965, y Chile, con 365.[pullquote-left] En el concurso se cataron cerca de 8000 botellas de todo el mundo. [/pullquote-left]
En el concurso se descorcharon más de 8.000 botellas del mundo entero y se contó con la presencia de más de 300 catadores internacionales.
Todos los vinos son evaluados en grupos de hasta 13 participantes, generalmente divididos por tipo de varietal o región de procedencia. Los ejemplares participantes son catados totalmente a ciegas y únicamente se permite saber la añada de cada etiqueta con el propósito de dar un punto de referencia a los catadores.
«Es sorprendente la forma en que varían las características (sensoriales) de un grupo (de vinos) a otro; se puede pasar de tintos totalmente contemporáneos y muy respetuosos con la fruta a fermentados robustos y llenos de madera en sólo unos minutos, ¡interesantísimo!
«El sistema de cata a ciegas, sólo mencionando la añada de la muestra, tiene como propósito ser más objetivos y no influir de ninguna forma en cada evaluación», señaló Sylvie Reboul, responsable de comunicación e información del Síndicado de vinateros de Côtes du Rhône y juez del certamen.