Un gran vino no tiene que ser necesariamente caro

Parece ser que mucha gente estaría de acuerdo con esta afirmación, pero ¿es cierta?. Ciertamente el precio de un vino guarda relación directa con su calidad que puede ser resultado de más años de envejecimiento, mejores uvas u otras características que influyen en su precio.
En parte puede ser cierto, pero no es una regla definitiva.

El precio de un vino se compone de muchos elementos. Además de los costos de producción, hay que tener en cuenta otros como el prestigio de la marca, el marketing o la distribución los cuales pueden jugar un papel clave en el precio final. Esos factores adicionales determinarán en última instancia si un vino se venderá barato en el supermercado local o estará disponible en los mejores restaurantes.

Mucha gente tiene el convencimiento de que un precio más caro siempre es sinónimo de un vino con mejores cualidades. Este efecto psicológico es aplicable a otros muchos bienes de consumo. Algo se activa en el cerebro para decirnos que al pagar más obtendremos un mejor producto, incluso aunque no sea así, nuestra percepción puede indicar que lo más caro es mejor.

Es preciso, por tanto, intentar superar estos condicionantes psicológicos para determinar con garantías si un vino es o no mejor que otro. Los expertos suelen practicar mucho para que su mente no confunda su paladar y sus conclusiones sobre un vino. Es una cuestión de entrenamiento. En otras palabras, educar el paladar para que reconozca un buen vino al margen de otros factores externos que afecten a su imagen, como por ejemplo el precio.

Dicho esto, ¿qué precio podemos considerar justo para un vino? Podríamos decir que aquel que el consumidor considere adecuado en relación a la satisfacción que obtenga de él. En catas a ciegas, se ha demostrado que muchos consumidores elegían el vino más barato frente a otros más caros. Este hecho viene a demostrar que la percepción de cada uno y sus gustos personales juega un papel decisivo.

Por todo ello, podríamos concluir que un gran vino no tiene porqué ser caro. Seguramente los grandes vinos lo serán pero podemos disfrutar igual o incluso más de otros más económicos. Sea como sea, las pruebas sugieren que disfrutar de un gran vino está al alcance de todos.

http://www.foodnewslatam.com

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Equipo Apóstoles

Un apóstol que disfruta las cosas buenas de la vida.

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